A principios de noviembre llegó desde París un paquete de Barnabé Fillion. Era un pequeño paquete mullido con cuatro propuestas aromáticas para jardines en el aire, en Tres Barrios-Amate. Los cuatro pequeños frescos venían identificados con anodinos números que terminaban 19, 28, 29 y 30, tras las que se escondían todo un universo de esencias vinculadas a las plantas y memorias del barrio.
Barnabé nos proponía, de esta manera, experimentar y seleccionar aquella síntesis que alinease con nuestros gustos, expectativas, deseos o memorias olfativas. Se trataba de una base (19) y de tres variaciones (28. 29 y 30) con distintas notas e intensidades que, para él, podría condensar un posible relato del barrio y del proyecto.
Un relato que surgía del diálogo entre el naranjo amargo (petit grain) y el incienso que tanto se identifican con la ciudad, acompañado de notas sutiles de pimienta rosa, eucaliptos, cedros...… La segunda variación intensificaba la pimienta rosa, mientras la tercera se complementaba con la intensificación del romero, símbolo de la buena suerte, que acompañan tantas comidas y que muchas aves utilizan para aromatizar (y desinfectar) sus nidos, como el jilguero. La cuarta, intensificaba las anteriores y añadía el arrayán, tan propio de los patios andaluces...
Resultó curioso ver como cada persona notaba, y revelaba, distintas notas y diferentes impresiones. Los aromas son algo tremendamente personal, y subjetivo… y al mismo tiempo tan universal.
Para Barnabé, la base era la propuesta más pura y fresca, el 28 el más elegante (revisitando perfumes de principio de siglo XX en Inglaterra), el 30 el más intenso y el 29, el más equilibrado. Una síntesis que encarnaba no solo la diversidad de especies y procedencias en El Barrio, sino también de la necesidad de un balance entre ellas.
Tras las indicaciones de Barnabé preparamos un taller aromático con los chicos y chicas de los talleres junto a Thibault Pradet, y tras una divertida puesta en común se eligió con sus votos y los de los monitores, el equipo de Luces de Barrio, patrocinadores, colaboradores, párrocos, amigos… la propuesta identificada con el número 29.
Elegida una fórmula, los siguientes talleres consistieron en explorar sus evocaciones materiales en el barrio: evidenciar la omnipresencia del asiático naranjo amargo en las calles de Tres Barrios-Amate, explorar en jardines y balcones la presencia del mediterráneo romero o el cosmopolitismo de las rosas, localizar en el Parque Amate los abundantes Schinus molle sudamericanos, los soberbios eucaliptos australianos o el esquivo Cedro del Himalaya. Especies que nos conectan, además de con tantos rincones del planeta, con los jardines históricos de la ciudad, con su propia historia y nuestros propios recuerdos. (ENLAZAR ESPECIES).
Pero también nos sirvió de guía para diseñar el jardín, donde el perfume es otra paleta más que sumar al catálogo botánico, aromático y ambiental que compone el jardín vertical que se riega reutilizando agua destilada por las máquinas de aire acondicionado, en un proceso parejo a la destilación que con ellas se hace para obtener sus esencias aromáticas…
Con todo ello no sólo tenemos un perfume, también un imaginario aromático del barrio y de la ciudad. Un mapa de los sentidos (ENLAZAR MAPA) que iluminan al proyecto, a sus obras y a sus gentes.